El BCRA no la tiene fácil en su lucha contra la inflación. Desde el inicio de su gestión, la nueva conducción del BCRA hizo una buena lectura del problema inflacionario reconociendo que su origen era de orden monetario. En este escenario, el BCRA se focalizó en dar solución tanto al problema del stock (sobrante de dinero), como al del flujo (exceso de emisión). Hasta mediados de febrero el sobrante de pesos había casi desaparecido y el ritmo de emisión monetaria había caído prácticamente a la mitad.